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Ana Zuzuarregui

En la revisión anual con mi dentista habitual la doctora Elena Guimón me diagnosticó un bloqueo de la mandíbula con el agravante de tener los músculos contracturados. Me recomendó que visitara a algún especialista de A.T.M. para que me indicara el procedimiento y tratamiento a seguir.

Siguiendo las recomendaciones de la Dra. Guimón me dirigí a la clínica de A.T.M. de la calle Fuenterrabía (no recuerdo el nombre del especialista). Esto fue en el invierno de 2009 no recuerdo la fecha exacta.

Tras conseguir cita, el especialista me examinó y me dijo que tenía el cóndilo de la articulación derecha dañado y que no había un tratamiento, que lo único que podía hacer era acudir a sesiones de fisioterapia y tratamientos con infrarrojos para evitar que empeorara y “rezar” para que no se me rompiera comiendo un día.

Después del disgusto inicial acudí a la consulta del Dr. Emparanza ya en primavera de 2010. El Dr. Emparanza tras examinarme me dijo que debía operarme la mandíbula para poder colocar el cóndilo en su sitio pero a pesar de lo aparatoso de la operación tenía buena solución y no me cambiaría mucho el aspecto de la cara.

La verdad es que no quería de ninguna manera operarme y cambiarme la cara, así que pedí cita en la consulta de José Arruti, médico máxilofacial que había tratado con éxito a mi hermano tras una enfermedad distinta. Esta vez y dado que no soy especialista en la materia y estaba cada vez más preocupada, le pedí a una amiga mía, dentista y ortodoncista que me acompañara a la consulta del Dr. Arruti para poder valorar el diagnóstico y posible tratamiento. Esta persona es Amaia Maté.

En la consulta del Dr. Arruti, tras examinarme, el doctor me recomendó que acudiera a la consulta del Dr. Domingo Martín. Arruti pensaba que la cirugía no era necesaria y que con un tratamiento adecuado de ortodoncia podía resolver mi problema. Amaia Maté estaba completamente de acuerdo con el diagnóstico.

Por fin alguien me daba buenas noticias. A través de Arruti y Amaia (que entonces ya trabajaba en la consulta de Domingo Martín) pedí una cita. Tras examinarme y hacer la valoración del caso, el Dr. Martín, Chomin, me dijo que con un tratamiento de ortodoncia podía volver a recolocarme el cóndilo en su sitio y evitar el evidente desgaste de los dientes al mismo tiempo que desaparecería el bloqueo mandibular y las contracturas de los músculos faciales.

En abril de 2010 comencé el tratamiento en la consulta de Chomin. No recuerdo exactamente los pasos seguidos pero creo que en primer lugar me colocaron brackets en la parte de abajo. Luego arriba. A mitad de tratamiento, tuve que volver a la consulta del Dr. José Arruti para que me pusiera unos anclajes en la parte superior de la mandíbula para poder subir las muelas superiores.

Tras muchos meses de tratamiento, en junio de 2013 me quitaron los brackets. A continuación llevé una férula durante algún tiempo para relajar completamente la mandíbula.

El último paso del tratamiento fue la reconstrucción de los dientes desgastados. Para esto acudí a la clínica Bener. En otoño de 2013 el Dr. Aner me realizó un tratamiento de bioestética reconstruyendo los dientes desgastados.

A los tres años de la finalización del tratamiento y de nuevo a través de Amaia Maté, volví a acudir a la consulta de Chomin el 14 de octubre de 2016 ya que notaba que apretaba los dientes al dormir. Volvía a tener contracturados los músculos de la cara y me estaba empezando a desgastar los dientes. Vuelvo a llevar una férula y estoy a la espera del siguiente paso del tratamiento. Al margen de la recaída, el tratamiento en la clínica del Dr. Martín ha sido excepcional y han conseguido evitar una operación que otros doctores daban por inevitable. Por esto y por la amabilidad y profesionalidad que me han demostrado en cada visita, consulta y hora pasada allí, sólo puedo decir una cosa, muchísimas gracias.

​Ana Zuzuarregui

San Sebastián, 13 de septiembre de 2017

Ana Zuzuarregui
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